Ayer estaba tan cansada que me tomé un té con leche.
Yo no era fanática de esta hierba hasta que viajé por motivos de trabajo a la Isla de Irlanda y me encontré cada día bebiendo una taza de té.
Ahora en otoño, con la mantita y con mi gatita y buena compañía, un libro y buena música, las noches son más mágicas. Recuerden, un buen té con buena leche y dulces sueños!.
HASTA PRONTO, MONSTRUITOS
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