Hoy nos hemos puesto al sol como dos tortolitos y enamoraditos, comiendo en un chinito.
El amor no conoce los días de la semana ni de horas, sólo de piel y condición humana. Cuanto más tiempo paso con él más me doy cuenta que es mi media naranja que siempre quise y soñé, el príncipe de ojos verdes con los pies en la tierra.
Ese es Albert, mi pareja.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar